martes, 13 de octubre de 2009

Luz y Fuerza

Al mismo tiempo que la selección mexicana de fútbol derrotaba a El Salvador por 4-1 el Presidente Felipe Calderón firmaba un decreto que determinaba la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC) y entregaba su administración a la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).
6.000 elementos de distintas agencias de seguridad ocuparon las instalaciones de LFC simultáneamente en varios estados, anticipando la reacción de los 66.000 sindicalizados de la compañía. LFC provee de energía al Distrito Federal, Estado de México, Morelos, Hidalgo, Puebla: al menos unos 40 millones de personas asentadas en el corazón del territorio mesoamericano. http://www.informador.com.mx/mexico/2009/145249/6/la-cfe-incapaz-de-sostener-a-luz-y-fuerza.htm
La coincidencia está en que la conducción del sindicato de LFC, el Sindicato Mexicano de Electricidad (SME) es opositora al panista gobierno de Calderón. Varios están ya denunciando que no es por incapaz o ineficiente que LFC haya sido intervenida, sino por opositora. Detrás
de la cortina de humo, la intención es privatizar el sector eléctrico. http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-133319-2009-10-12.html
En tanto, las televisoras (Televisa), los teléfonos (Telmex, de Carlos Slim), los grandes hoteles y otras privatizadas, incluida la propia casa de gobierno -el palacio de Los Pinos- evaden o subpagan lo que consumen, como hoy denunció el titular del SME: www.jornada.unam.mx.
Los '90 fueron la década neoliberal por excelencia para toda América Latina, pero en México aún no terminaron. Y no terminaron porque aún hay cosas por privatizar. Ni el petróleo, ni la electricidad, ni el agua salieron de manos estatales a pesar de la marejada que trajo a Salinas de Gortari, Zedillo, Fox y Calderón. Hasta los sindicatos burocráticos están resistiendo.
¿Por casa cómo andamos?